El Sevilla ha pasado por encima de todo un Manchester United para colarse en las semifinales de la Europa League una vez más.
Hay cosas inexplicables en el fútbol. Acontecimientos que, de vez en cuando, dejan en shock al mundo del balompié. Remontadas históricas, goles inexplicables, resultados inesperados… o ver cómo el Sevilla vuelve a hacer magia en la segunda competición europea. Un conjunto que deambula por la decimotercera posición en la Liga y que hasta hace dos jornadas estaba a dos míseros puntos del descenso se ha cargado al cuarto clasificado de la supuesta mejor competición doméstica del mundo. ¿Explicación? No traten de buscarla, no la hay.
Todo parecía estar dispuesto y preparado para vivir una nueva noche mágica en el Ramón Sánchez Pizjuán. En el estadio no entraba ni un alma más y ya la recepción del equipo había sido brutal. Soaras Días, colegiado del encuentro, pitaba el comienzo del choque y la caldera de Nervión apretaba como no lo había hecho antes este año. El propio En-Nesyri, en la entrevista postpartido, declaraba que era la primera vez que disfrutaba de semejante ambiente en un campo de fútbol.

Los noventa minutos de los blanquirrojos fueron de pura electricidad y motivación. No hubo un momento de pausa o de duda. Fue un continuo asedio y monopolio sevillista. Sin duda, el mejor encuentro de los hispalenses hasta la fecha. Los diablos rojos se vieron superados desde el primer momento, sin entender cómo un equipo podía cambiar tanto de una semana a otra, de un escenario al otro.

El bigoleador en Old Trafford, Marcel Sabitzer, pasaría totalmente desapercibido. Bade y Gudelj se encargarían de ello. Fernando Reges, a sus 35 años, robaba balones y corría como si alguien le hubiera poseído. La rencarnación de Ocampos, que lloraba de emoción al término del encuentro, también es digna de estudio. El argentino volvió a dar esa imagen de lucha, garra y calidad que tanto le caracteriza. En-Nesyri no fallaba las ocasiones y bajaba todos los balones aéreos.
Podríamos estar enumerando las actuaciones individuales de todos, pero no acabaría el artículo hoy. La victoria de hoy no ha sido individual, sino que ha sido triunfo coral; un triunfo de club. Los 14 futbolistas que tuvieron minutos demostraron que les iba la vida en ello y ante cualquier error estaba el público, para levantarlos y llevarlos en volandas hacia la siguiente ronda.
Todo ello sin olvidarse del director de la orquesta. José Luis Mendilibar llegó a Nervión hace menos de un mes. Y, en tan solo cinco partidos, le ha cambiado la cara completamente a este equipo. Castro ya dejaba entrever una posible renovación del vasco. “Tenemos un contrato hasta final de temporada. Esperemos que acabe y veremos” declaraba el presidente después del encuentro a los medios oficiales del club.

El entrenador, por su parte, canalizó la victoria con mucha tranquilidad, como si de algo normal se tratase. Al ser preguntado sobre qué le ha dado al Sevilla para que se transforme de está manera; el ex del Éibar destaca la sencillez aportada. “No sé, no pido cosas raras” sentenciaba Mendilibar en rueda de prensa.
El domingo recibirán al Villarreal en el Pizjuán de nuevo. Muchas rotaciones se esperan después de que hoy se le subiesen los gemelos a media plantilla. Luego llegará la Juventus y esas emocionantes ´semis´ que pueden suponer el soñado billete hacia la Champions. Pero nada de ello importa en Nervión ahora mismo. La feria ha empezado antes de tiempo y es momento de celebrar, que buena falta le hacía al conjunto hispalense este año.