Los rojillos empataron a 1 en su visita al Martínez Valero en una buena primera mitad, pero en una segunda parte muy mala que coincidió con las ausencias sobre el campo de Moi Gómez y Torró.
Falta de equilibrio
Una espantosa segunda mitad estuvo a punto de costarle la derrota a Osasuna en el Martínez Valero. Una mala actuación que coincide con la sustitución de Moi Gómez en el minuto 57 de partido y con la suplencia durante todo el encuentro de Lucas Torró. Entre otros motivos de la mala actuación está que no había quien le diese equilibrio en el centro del campo al equipo y es que ambos son dos únicos jugadores dedicados a esa tarea, por lo que cuando no están se nota.
Lucas Torró es un jugador puramente dedicado a ello. Juega en la posición de mediocentro defensivo y actúa como el conector entre la defensa y el ataque, iniciando y dándole continuidad al juego del equipo y siendo clave en las tareas defensivas. Moi Gómez por su parte, es un jugador más ofensivo, por lo que no tiene tanto peso a nivel defensivo, pero sí baja su posición para darle fluidez al juego y para sacar el balón jugado desde atrás.
La dependencia en cifras
Moi Gómez ha disputado hasta el momento todos los partidos de Liga como titular acumulando 8 victorias, en cambio la temporada pasada por estas fechas el conjunto navarro tenía 22 puntos, 6 menos que esta temporada. En el caso de Torró, contando todos los partidos en Primera que no ha estado desde que llegó a Osasuna, el equipo ha tenido peores resultados. Únicamente 2 victorias, 7 empates y 9 derrotas cuando no ha estado el centrocampista alicantino.
En conclusión, Osasuna depende dos pilares como son Moi Gómez y Lucas Torró para tener equilibrio. Algo que no es necesariamente malo, pero sí hace evidente que el equipo tiene que buscar soluciones cuando estas situaciones suceden ante la baja forma de Moncayola, quien sería el perfil más parecido al de Torró.
