La ilusión volvió a llevar a Osasuna a una final y a unir a todo un pueblo por un objetivo 18 años después. Aunque lo compitieron, los rojillos no pudieron con el Real Madrid, pero se ganaron el cariño y respeto de todo amante a este deporte. 

Orgullosos

Dieciocho años después, Osasuna volvía a una final de la Copa del Rey tras aquella perdida ante el Real Betis. Esta vez fue en La Cartuja, Sevilla. Más de 900 kilómetros que no privaron a la afición rojilla de estar con su equipo y de batir el récord del mayor desplazamiento en la historia del club con hasta 25.000 rojillos en tierras andaluzas. Por unos días, Sevilla parecía los San Fermines. Una gran marea rojilla inundaba las calles de la capital andaluza y hacía que te cruzases una y otra vez con conocidos que solías ver en la otra punta de la península. Una ciudad (Sevilla) que también estaba volcada y animaba a todos los desplazados hasta su ciudad para que Osasuna se llevase la ansiada Copa. Sin duda, fue una auténtica fiesta la previa al inicio de la final, donde el respeto y el buen ambiente reino en casi todo su esplendor. Un fin de semana lleno de alegría, ilusión, buen rollo y una afición que animaba a su equipo en cada esquina.

Un pueblo de apenas 600.000 personas logró reunir a unas 20.000 personas en un estadio. Media Cartuja fue rojilla, y es que esa marea rojilla que aparecía en el Fondo Sur del estadio fue y será siempre histórica y para el recuerdo. La gran final arrancaba y, aunque muy temprano se torció todo con el gol de Rodrygo a los dos minutos, ni equipo ni afición se desanimaron y no dejaron de creer. Las ocasiones para el conjunto navarro llegaban. Budimir y Abde las tuvieron, mientras que al otro lado los blancos también las tenían con un Vinicius espectacular futbolísticamente hablando. A los 12 minutos de arrancar la segunda mitad, Lucas Torró enganchó un derechazo para firmar un gol que fue gritado por todo rojillo y por un momento hizo creer que la victoria era posible. Osasuna dominó durante unos minutos dejando buenas sensaciones, pero en el 70′ un mal despeje de David García y la mala fortuna en el rechace volvieron a poner por debajo a los de Jagoba. Los rojillos lo intentaron y bombardearon el área con centros, pero no pudo ser y cayeron con honor.

Tras el pitido final, la decepción y la tristeza se hacían notar en las caras de jugadores y aficionados, pero a pesar de ello afloraba un sentimiento de orgullo por la trayectoria seguida hasta vivir ese momento. La afición desplazada volvió a demostrar que es una de las mejores, no dejando de animar a pesar de la derrota y de agradecer a los suyos el esfuerzo. Osasuna no ganó la Copa del Rey, pero sí que ganó el respeto y reconocimiento del mundo entero por ser el fiel reflejo de lo que es un equipo de fútbol; pasión, alegría, frustración, lucha, garra y, sobretodo, orgullo. Equipo y afición volvieron a demostrar que ser de Osasuna no va de ganar o perder, ser de Osasuna va de sentir.

El inicio del camino hasta la final

Un 12 de noviembre de 2022, Osasuna comenzaba su andadura por una nueva edición de la Copa del Rey. En la primera ronda se enfrentaban al CD Fuentes sin saber que iba a ser el inicio de una Copa del Rey que no iban a olvidar jamás. El encuentro arrancó bien, con dominio, ocasiones claras y un gol en el 42′ de Brasanac que daba tranquilidad. Pero esto no iba a quedarse así ya que dos minutos después empataba en un gran contraataque Requeno para hacer estallar de alegría al pueblo de Fuentes de Ebro. Los rojillos espabilaron y no dieron opción a un CD Fuentes convatibo. Nacho Vidal y Kike García por partida doble dieron la victoria a los navarros.

Unos días más tarde, salía la noticia de un trágico suceso que conmocionó al pueblo de Fuentes de Ebro. Uno de sus jugadores, Luismi, lateral derecho había fallecido en un accidente de tráfico. Los rojillos y muchos equipos más no tardaron en solidarizarse con el CD Fuentes. Osasuna homenajeó en los cuartos de final en El Sadar a Luismi, su familia y compañeros y su camiseta, con el 4 a la espalda estuvo presente La Cartuja. Sin duda, uno de los gestos que quedará para siempre en el recuerdo de esta Copa del Rey y que emocionó a todos. Eterno Luismi.

Viaje a Arnedo después del parón

Osasuna se enfrentaba al Arnedo en la segunda ronda de la Copa del Rey. El encuentro se disputaba el 21 de diciembre de 2022. Una buena prueba para tratar de recuperar buenas sensaciones tras el parón por el mundial. El encuentro arrancó y a los 13 minutos adelantaba Kike García a los suyos en un mano a mano. Un minuto después Rubén García sorprendía al guardameta con un disparo desde el centro del campo que ponía el segundo en el marcador. Un cuarto de hora después, Kike García volvía a aprovechar otro mano a mano para anotar el tercero.

Ya en la segunda mitad, los locales trataron de meterle picante al partido y recortaron distancias con el gol de Guillermo en el 65′. El Arnedo gozó de varias ocasiones, incluso de un mano a mano que salvó Sergio Herrera, pero al final el marcador no se movió y los rojillos se clasificaron para los dieciseisavos de final de la Copa del Rey.

Imagen de Kike García celebrando uno de los goles al Arnedo.
Fuente: As

La primera piedra de toque

Osasuna se enfrentaba al Nastic de Tarragona en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Primer rival de nivel en esta edición copera, puesto que es un equipo que compite en Primera RFEF (antigua 2ªB). El encuentro tuvo lugar el 5 de enero, día de reyes y los rojillos iniciaron el partido con un buen ritmo de juego. Tanto fue así que a los dieciséis minutos, Kike García ya había puesto el primero en el marcador, cazando de volea un mal despeje de la defensa catalana.

El encuentro progresaba con bastante igualdad entre ambos, pero fue en la segunda parte cuando el Nastic empezó a apretar en busca del gol del empate. Las ocasiones se sucedían en el arco de Sergio Herrera y fue en el 78′ cuando de tanto ir el cántaro a la fuente, al final se rompió. Pablo Fernández conectaba un cabezazo para poner el 1-1 y poner a temblar las piernas de los jugadores rojillos. Osasuna seguía sufriendo, pero la roja directa al autor del gol le facilitaba las cosas al cuadro dirigido por Jagoba de cara a la prórroga.

La prórroga, aprovechando la superioridad numérica y la entrada de jugadores de mayor calidad, la dominó Osasuna de principio a fin. El Nastic se encerraba y dificultaba al conjunto navarro hacerles daño, que no querían llegar a los penaltis. En el 112′ la calidad de Abde desatascó la eliminatoria con una gran jugada individual, que finalizó con un centro raso el cual se introducía en propia puerta Èric Montes.

Imagen del segundo gol de Osasuna.
Fuente: Eitb

El campeón en octavos

En octavos iba a tocar, con bastante probabilidad, un primera división. En ese caso, todo aficionado rojillo deseaba que fuese en El Sadar tras casi 5 años sin vivir un encuentro de Copa en su feudo. Sin embargo, no pudieron tener más mala suerte, puesto que les tocó el campeón de la competición y además en su estadio. Una prueba de muchísimo nivel tenía que superar Osasuna para continuar con su sueño.

Comenzaba el encuentro con un Betis dominador, pero sin generar peligro claro en la portería rojilla. En el 62′ se iba a abrir el marcador en una jugada un tanto recambolesca que caza Carvalho para poner el primero. Los rojillos intentaban ir al ataque y crear peligro y no iba a ser hasta el 91′, cuando David García empataba el partido. El gol llegó en un momento en el que los navarros estaban casi eliminados, a la desesperada y en un centro, que tocó en un defensa para hacer una parábola y David logre meter una cabeza milagrosa que dio vida a los pamplonicas.

Daba inicio una competida prórroga en la que se volvía a adelantar el Betis por medio de Sabaly en el 103′, pero nada más empezar los segundos 15 minutos, Rubén García aprovechaba un fallo defensivo para ganarse el espacio y batir a Bravo con un disparo raso. Poco más iba a suceder y se llegaba a los penaltis. Chimy y Borja Iglesias anotaban sus penaltis al igual que Budimir y Loren. En el tercer lanzamiento, Canales fallaba el suyo por culpa de una gran parada de Sergio Herrera, mientras que Moncayola no fallaba. En el cuarto lanzamiento, Kike Barja ponía casi imposible el asunto para los verdiblancos y si faltaba poco Guido se resbalaba antes de disparar y mandaba su penalti alto.

Osasuna lograba una gran gesta en el Benito Villamarín. Había eliminado al que era el actual campeón y se posicionaba como un equipo de nivel para llegar lejos.

Imagen de los jugadores de Osasuna celebrando el pase a cuartos de la Copa del Rey. Fuente: Diario Palentino

Por fin en El Sadar

El sorteo esta vez sí que sonrió a Osasuna. Les tocaba jugar por fin en El Sadar ante el Sevilla al que ya habían logrado vencer en la primera jornada liguera. Antes del inicio se produjo un emotivo homenaje a la familia y compañeros de Luismi, jugador del Fuentes fallecido en un accidente de tráfico. La primera parte fue algo tosca para los navarros. No lograban conectar con el punta, mientras que el Sevilla sí que llegaba con peligro. Arrancaba la segunda parte y consigo se abría el marcador, gracias a una dejada de Rubén García, que recibe de espaldas el Chimy y se da la vuelta para disparar y batir a Bono por el palo largo. Los hispalenses embotellaron a los rojillos en busca del empate y lo lograrían en la última jugada tras un centro desde el costado derecho que caza en el primer palo En-Nesyri con el pie.

Los de Jagoba no acusaron el golpe anímico del gol y se congregaron para llevarse la eliminatoria. Las piernas flaqueaban, los hispalenses aún así seguían llevando el control del partido, pero sería Abde quien iba a decantar la balanza en una gran galopada con metros para correr hacia la portería, recortaba hacia adentro y definía al palo corto para llevar a los navarros a semis.

Imagen del gol de Abde.
Fuente: Diario de Sevilla

Duelo con mucho pique en semis

El Athletic iba a ser el rival de Osasuna en semifinales. Un equipo que no cae demasiado bien, ya que históricamente se ha llevado muchos jugadores de la cantera navarra a la suya. La ida era en El Sadar. Comenzaba el encuentro como se preveía. Poco fútbol, muchas disputas, pocos huecos y mucha intensidad defensiva que evitaba lograr atacar. Nada más iniciarse la segunda parte llegaba el tanto que le daba ventaja en la eliminatoria a los rojillos. Gran contraataque de derecha a izquierda en el que Moi Gomez mete un pase en profundid para Abde, que a pesar de dejarse la pelota atras durante la carrera, logra rehacerse y cruzar el disparo para enloquecer a la afición.

Un mes después sería la vuelta en San Mamés. Un mes en el que dio tiempo para calentar el encuentro y esperarlo con ganas. El momento llegó y un incidente se producía en el viaje de Osasuna desde el hotel al estadio que retrasó el partido 10 minutos. Fue un encuentro dominado de principio a fin por el Athletic, que salieron con ganas y pronto encerraban y creaban peligro sobre la portería de Sergio Herrera. El primer gol de los leones llegó en el 33′ en un corner que peinaba Vesga y remataba Iñaki Williams. Los bilbainos siguieron gozando de ocasiones claras sobretodo en la segunda parte con las dos de Nico Williams y la de Raúl García. Sin embargo, los navarros sobrevivieron a los ataques locales.

En la prórroga, los cambios le sentaron bien a Osasuna y dieron un paso adelante. El Athletic seguía atacando, pero las empezaba a tener el equipo rojillo y en el 115′ un centro de Moncayola a la frontal del área lo cazaba magníficamente Pablo Ibáñez para anotar un gol histórico que les llevaba a la final.

Imagen de Pablo Ibáñez celebrando el gol que les llevaba a la final.
Fuente: 20Minutos

Kike García, máximo artillero de la Copa

A pesar de que Osasuna no ganó la Copa del Rey, Kike García sí que se llevó un premio. El delantero murciano fue el máximo anotador del torneo con 5 dianas: dos al Fuentes, otros dos al Arnedo y por último, al Nastic de Tarragona. Se trata del tercer jugador en la historia de Osasuna que finaliza la Copa del Rey como máximo goleador de la competición. Ya lo lograron Jan Urban en 1993 con 8 tantos y el Cuco Ziganda con 7 goles.

Licencia para la ilusión

Esta Copa del Rey, más allá del mérito de haber llegado a la final, le ha dado a Osasuna una perspectiva diferente de competir. Los rojillos han demostrado que puede pelear de tú a tú con los mejores y que pueden hacer grandes cosas. Un paso más hacia delante en un proyecto que no deja de crecer y que aún no ha encontrado su techo, mientras sigue incorporando gente nueva y jugadores de la cantera con mucha ilusión. Así que sí,  el futuro es ilusionante, este equipo no va a morir aquí, que ha cautivado a toda una afición que está más unida e ilusionada que nunca y que grandes noches les espera. Además, creo que el fútbol le debe algo a Osasuna, así que toca soñar con la Conference League y con la Supercopa de España.

Imagen de los jugadores de Osasuna agradeciendo el apoyo a la afición durante la final de la Copa del Rey.
Fuente: Twitter de Osasuna
Daniel Arangay Martínez 
Footer
Artículo anteriorMilan 0-2 Inter: El Inter se impone con solvencia en el primer asalto
Artículo siguienteLa pesadilla del Real Jaén
Me llamo Dani, tengo 19 años, estudio ADE en la universidad y soy un apasionado del futbol, en concreto, de Osasuna.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí