Hace una semana se hizo oficial la venta de Leandro Trossard al Arsenal por una cifra cercana a los 30 millones de euros (variables incluidas). Venta que, a priori, debilita a los ‘Seagulls’ pero podría terminar siendo positiva.

Brighton, equipo vendedor

El conjunto propiedad de Tony Bloom comienza a establecerse como lo que comúnmente se conoce como equipo vendedor, tal y como son Benfica, Oporto, Ajax, Borussia Dortmund… Todo obra de la buena gestión del club, ya sea cara a la gestión de los escalfones inferiores o del dominio de los mercados de segunda línea.

El Brighton está destacando por su buen hacer en el mercado, demostrando un poderoso conocimiento del mercado sudamericano y del mercado de las ligas europeas con menos reflectores. Hay dos grandes joyas sudamericanas en su once que avalan este trabajo, y otras tres que esperan su oportunidad.

Moisés Caicedo y Alexis Mac Allister van a convertirse en ventas récord del club, dos jugadores de talla mundial que llegaron apenas por 5 y 8 millones respectivamente y podrían dejar el club por cifras cercanas a los 80 o 90 millones cada uno. Una plusvalía brutal.

Lo que hace pensar que el Brighton se vaya a unir a ese selecto grupo de equipos vendedores son sus últimos mercados. Fichar barato y vender caro. Todas las ventas del último año han obtenido grandes plusvalías. Ventas como Ben White (producto de los escalafones inferiores del club), Yves Bissouma, Marc Cucurella (Venta récord del club) y la última, Leandro Trossard.

El talento en Brighton no para de florecer y Tony Bloom ya se frota las manos. Jugadores que empiezan a tener sus primeros brotes verdes y otros que aún tienen que esperar su momento como Evan Ferguson, Mitoma, Enciso, Buonanotte, Lamptey o el mismo Robert Sánchez, canterano del club.

El Brighton crece a base de buen trabajo, tanto en la dirección deportiva como en la dirección técnica. Proyecto sólido el del Brighton, que parece que ha venido para quedarse, sin miedo a vender y apostando por el talento.

Salida y reemplazos

El atacante belga tras la copa del mundo llegó con una actitud algo pasiva, cosa que no dejó pasar su entrenador en ese entonces, Roberto De Zerbi. Tras una discusión entre el míster, el capitán y el mismo Trossard, este decidió que debía separar su camino del Brighton. Es en ese momento que su agente emite un comunicado instando al club a llegar a un acuerdo para traspasar al belga. El club acepta y termina marchándose al equipo de Arteta por 30 millones de euros.

A priori, la baja puede antojarse sensible, pero para De Zerbi ya no era el jugador clave que era para Potter. En la banda izquierda, su posición predilecta, irrumpió una de las sensasiones del campeonato hasta ahora, Kaoru Mitoma, y en la posición de 9, la aparición de Evan Ferguson también le quitaría protagonismo.

Al final salen ganando todos. El belga obtiene el pase a un club de mayor exigencia, De Zerbi se quita un conflicto del vestuario, y Mitoma y Ferguson tienen vía libre para jugar y demostrar su sobrado nivel competitivo.

Hay algo obvio, y es que el Brighton si algo sabe hacer ahora es vender y reponerse. Con el nivel mostrado por March y Mitoma, y la potente irrupción de Ferguson, no parece que se vaya a notar la ausencia de Leandro Trossard, jugador que a pesar de su mala forma de salir será recordado en Brighton. Su huella está marcada en la historia reciente ‘Seagull. La venta de Trossard es parte del proceso de crecimiento, evolucionar hacia cotas mayores.

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