El fútbol llegó al este de Europa a inicios del s.XX, durante el periodo zarista, basado en los principios capitalistas del resto del mundo y queriendo establecer un formato de panem et circenses para amedrentar a las masas revolucionarias. No obstante, con la revolución bolchevique de 1917, el futbol fue tomado por las clases obreras y se convirtió en una potente actividad propagandística que extendió el estandarte de la U.R.S.S. por todo el mundo.

La importancia del deporte en la Unión Soviética.

En 1922, llegando al final de la Guerra Civil Rusa (1917-1923), se formalizaba lo que posteriormente se conocería como la Unión Soviética, un estado federal socialista conformado por distintos países del Este de Europa que perduraría hasta 1991.
En este estado, la importancia del deporte es trascendental, pues, la contribución estatal de los deportistas, la función social que desempeñaba esta práctica y, sobre todo, la tarea propagandística que suponía para el país, hacía de la actividad deportiva uno de los cimientos más importantes dentro del estado.
El deporte fue una de las armas más importantes de la U.R.S.S. en plena Guerra Fría, una guerra caracterizada por la abstinencia del conflicto armado directo entre las dos grandes potencias enfrentadas (Estados Unidos y la Unión Soviética). En este conflicto, la cultura tuvo un peso muy importante. La lucha espacial, la ideología promulgada por Hollywood, quien acabó creando el relato de la guerra, y también, el deporte, fueron los principales campos de batalla donde se enfrentaron directamente los americanos y los soviéticos. Las olimpiadas, los torneos internacionales y las grandes citas deportivas fueron la arena de la U.R.S.S., un lugar donde podían mostrar su poderío físico y superioridad atlética, al mismo tiempo, que propagandizaban su ideología, valores y creencias a través de los éxitos de sus excelsos atletas.

Partido de la Liga de la Unión Soviética con las fotos de Lenin y Stalin en el estadio. Fuente:Victor Edú, Twitter

El futbol soviético: El triunfo de las clases populares

El fútbol se crea, oficialmente, en 1863 en Sheffield, cuando entre diversos individuos de la clase alta británica formalizaron la Football Association. En su primera expansión, el fútbol se transmitió como un deporte de la clase alta y a la Rusia Zarista llegó como un método para constatar el capitalismo salvaje. Las empresas crearon equipos de futbol para aumentar el sentimiento de unión entre los trabajadores y su patronal, que cada vez, se veían más separados con el auge de las ideas revolucionarias. Sin embargo, el éxito final de la revolución bolchevique, la posterior ejecución de la cúpula de poder del Zar y la victoria de Lenin en la Guerra Civil, hicieron que los clubes de los grandes empresarios pasarán a manos de las clases populares, quienes lograron conformar instituciones sociales que representaban, no a una clase social, sino a un sector concreto dentro del entramado obrerista de la Unión Soviética.
Claros ejemplos de esto son el Lokomotiv de Moscú, el equipo de los trabajadores ferroviarios, el Spartak de Moscú, una entidad que recogía el nombre de Espartaco, líder de una revuelta esclavista contra los romanos, y funcionaba como un macro sindicato deportivo que albergaba trabajadores del sector de la aviación, de la cultura, de la industria ligera, entre muchos otros. También tenemos a los CSKA, los equipos del ejército, el Dinamo de Kiev, el club de la policía secreta o el Shaktar Donetsk, el equipo de los mineros ucranianos.

El Spartak ganador de la Copa de la URSS de 1959. Fuente: Magazine Football Pictures

La Liga Soviética, la primera Superliga

La Primera División Soviética nació en 1936, catorce años después que la Unión Soviética se estableciera como una agrupación de repúblicas oficial. Tras esta etapa, donde los clubes del este no gozaron de la cualidad de profesionales, se acabó formando una liga, cuya idea principal era albergar distintos equipos de todos los territorios que conformaban el estado.
Al final, todos los países no tuvieron la suerte de participar en esta especie de «Superliga» soviética, en la que se forjó el talento, que, posteriormente, lograría salir campeón de la Eurocopa de 1960 con su selección nacional.
La Liga soviética estuvo en vigencia hasta 1991, coincidiendo con la caída de su país soberano. Durante los 55 años que estuvo activa, hubo un férreo dominio de los clubes moscovitas, pues, el Spartak de Moscú ganó doce ediciones, el Dinamo de Moscú, once, el CSKA de Moscú, siete, y el Torpedo de Moscú, tres. No obstante, el equipo más galardonado de la competición es el Dinamo Kiev, con trece campeonatos, siendo así, la única resistencia frente a la superioridad rusa de la época. Además, los ucranianos han sido los únicos capaces de conocer la gloria europea durante el periodo soviético, ganando las ediciones de la Recopa del 75 y el 86, esta última contra el Atlético de Madrid por 3-0.

El Dinamo de Kiev tras ganar la Recopa del 86 ante el Atlético de Madrid. Fuente: Odio el futbol moderno

El Ejército Rojo, el terror europeo durante la década de los sesenta

La selección nacional de la Unión Soviética recibió el mismo apodo que el ejército de su tierra natal. Esta se oficializó en 1922, el mismo año que el Ejército Rojo dejó de ser una fuerza de la región revolucionaria de Rusia para convertirse en los defensores de todo el territorio soviético.
La selección del este de Europa tardó varias décadas en empezar a participar en los principales torneos internacionales de fútbol, ya que, las tensiones dentro del país, las crisis internas y la posterior participación en la II Guerra Mundial (1939-1945), paralizaron el proceso de profesionalización futbolístico. No fue hasta la década de los cincuenta, cuando la liga soviética estuvo más desarrollada y el país consiguió una cierta estabilidad, que el Ejército rojo empezó a participar en las Olimpiadas, Mundiales y Eurocopas.
En los Juegos Olímpicos (J.J.O.O.) de 1956, cuatro años después de hacer su debut en un gran torneo internacional, la U.R.S.S. conseguiría la medalla de oro frente a otro país desaparecido: La República Federal de Yugoslavia. Ese torneo marca el inicio de la época dorada del fútbol soviético, el cual, estuvo al pie del cañón hasta los inicios de la década de los setenta y fue uno de los combinados más temidos a lo largo de toda la década de los sesenta.

Con junto de la Unión Sovietica durante las décadas de los cincuenta y sesenta. Fuente: Retrofutbol

La Eurocopa de 1960, el punto más álgido del fútbol soviético 

En 1960, se disputó el primer torneo de selecciones oficial en el viejo continente, conocido, hoy en día, como la Eurocopa. En ese entonces, no había una sede oficial hasta las semifinales, y los cruces previos seguían un formato similar al de la Champions League: Partidos de ida y vuelta, uno en tierra patria y otro en el país rival.
La competición se inició con un claro favorito: La España de Helenio Herrera, que logró alinear un equipo de ensueño con jugadores de la talla de Ramallets, Marcos Alonso, Paco Gento, Kubala, Di Stefano y Luis Suarez, el único balón de oro español de la historia. Los españoles parecían no tener rival y la verdad, no lo tuvieron. No obstante, no ganaron el torneo, fueron eliminados en cuartos de final sin perder el partido, porque Francisco Franco hizo que el combinado español abandonara el torneo al tener que jugar con la U.R.S.S.. El encuentro transcendía lo meramente deportivo, era la lucha entre el fascismo y el comunismo, era la lucha del bando nacionalista y el país que prestó ayuda a los republicanos durante la Guerra Civil española (1936-1939), era el enfrentamiento de dos feroces enemigos que antaño pretendieron destruirse el uno al otro. En este contexto social beligerante, Franco y su cúpula de poder decidió abstenerse a disputar el partido, pues una derrota significaría una campaña propagandística brutal por parte de los Soviéticos. Así fue como la U.R.S.S. se plantó en semifinales, donde eliminó a Checoslovaquia, y posteriormente, lograría levantar la Eurocopa al imponerse, de nuevo, a Yugoslavia por 2-1.
Con ese título, la generación de Lev Yashin, Valentín Ivanov, Víktor Ponedélnik y muchos más, se coronó como la primera nación campeona de Europa. Además, gracias a sus hitos posteriores, como las finales de la Eurocopa del 64 y el 72 y las semifinales del Mundial de Inglaterra de 1966, se consagraron como la generación dorada del fútbol soviético. La hazaña de estos hombres, puso los cimientos para que, durante mucho tiempo, el futbol del este de Europa fuera temido por su poderío físico y llevaron al Ejército Rojo y el símbolo de la hoz y el martillo a dominar Europa con un balón en los pies.

Jugadores del conjunto campeón de la Eurocopa de 1960 portando el trofeo. Fuente: Marca

Pau Osorio

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Estudiante de periodismo y amante del fútbol clásico

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