Desde la llegada de Cervera, el Oviedo ha cambiado su tendencia como local y ha conseguido 16 puntos de 18 posibles, algo impensable en tiempos de Bolo. Estas son las claves que han hecho que el Tartiere sea un fortín.
Cambio de tendencia
Que los resultados sean favorables siempre ayuda, pero si algo ha demostrado el Oviedo de Cervera desde su llegada a tierras asturianas es que el equipo ha cambiado la mentalidad y es mucho más paciente. La mejor forma de explicarlo se vio en el último derbi ante el Sporting. Al descanso, con empate a gafas en el marcador y el Oviedo mostrando una versión roma, pesada e imprecisa, Cervera alzó la voz y en la rueda de prensa posterior admitió lo siguiente: “Les dije que no había ningún equipo que se fuera de un partido sin crear ninguna ocasión. Que había que estar atentos para aprovecharla”. Sucedió exactamente eso: el Oviedo aprovechó la que tuvo y fue para dentro. Más que de sobra para ganar 1-0, el resultado al que se aferran los azules en su momento más dulce en mucho tiempo al amparo del Tartiere.

Ese fútbol paciente y pausado se volvió a ver el pasado viernes en el municipal ovetense. En esta ocasión, la víctima fue el Alavés, que tampoco tenía muchas prisa por decantar la balanza a su favor. Igual que en el derbi, el equipo fue muy efectivo de cara a portería e impidió que los tres puntos se fueran del Tartiere. Con el Cervera a los mandos, el Real Oviedo ha jugado seis partidos en casa en la Liga y ha cambiado esa tendencia que se venía repitiendo en tiempos de Bolo, donde el equipo llegó a sumar cuatro derrotas consecutivas ante su gente. Con el ecuatoguineano, el conjunto carbayón ha ganado cinco partidos y ha empatado uno. Y lo que llama más la atención: el equipo sigue sin recibir tantos en el Tartiere.
Unocerismo o barbarie
Desde que Cervera se hizo con el timón del Oviedo, los registros en casa son de lo mejorcito de la categoría. El conjunto azul ha mutado y ha decidido ponerse el mono del unocerismo. Esa receta le ha servido para ganar al Málaga, Granada, Mirandés, Sporting y Alavés. El único equipo que rompió esa tendencia fue la UD Las Palmas, pero ese partido acabó 0-0 y Quentin Braat se fue a casa con la portería a cero.
Con las estadísticas en la mano, se observa que desde mediados de octubre ningún equipo ha sido capaz de igualar los registros cosechados por el Oviedo. En ese espacio temporal, tanto Granada como Huesca se han intentado acercar, pero les lastra el haber encajado un gol. Y, con tres goles encajados se encuentran equipos como Levante, Éibar, Lugo y Alavés.

En definitiva, el secreto del Oviedo se basa en el orden, el trabajo gremial, la solidez defensiva y el aprovechamiento de cualquier mínimo haz de luz. Se suele decir que si se quiere luchar por cotas más altas, en casa tienes que ser inquebrantable. Álvaro Cervera puede presumir que, detrás de esas gafas, tiene la fórmula del éxito.