El partido entre el Albacete de Rubén Albés y el Málaga de Sergio Pellicer fue una auténtica oda al fútbol: fiesta en la previa, ambientazo, tensión, goles, espectáculo, polémica…
El partido empezaba a las 14:00 según los horarios oficiales, pero la realidad es que comenzó a jugarse muchísimo antes. Desde las 10:30 de la mañana, las aficiones fueron las protagonistas.
El Albacete montó una fiesta en los aledaños del Carlos Belmonte, en la que los aficionados pudieron disfrutar de música a cargo de un DJ, diversos talleres para los albacetistas y malaguistas más pequeños, comida y bebida…. Además de que el equipo local llegó al estadio en volandas acompañados por los suyos. Todo ello acompañó el gran ambiente que se respiraba entre las dos aficiones, pudimos ver cánticos y fotos conjuntas entre albaceteños y malagueños.
Ya en el encuentro, los goles y la polémica no tardarían en llegar. El Alba se adelantaba a los cuatro minutos, pero el Málaga remontaría con dos córneres para el delirio de la zona visitantes. Antes del descanso, el capitán visitante fue expulsado por empujar a un rival y recriminarle al árbitro su decisión a los pocos segundos. En la segunda mitad parecía que era la Brasil de los 70 y no el Alba el que jugaba de blanco, el Albacete arrasó con todo y con todos, remontando el partido con Fuster y Dubasin como héroes de la hazaña.

Al final del partido el espectáculo se manchó un poco, los jugadores del Málaga se encaraban con sus propios aficionados tras el pitido final, cuando estos recriminaron la actitud de sus jugadores en el descuento (comprensiblemente).